sábado, 17 de enero de 2015

¡No sé qué hacer con mi cachorro!

Sí, se veía adorable todo pequeñito, gordito, dando sus primeros brinquitos para lamerte la cara. Sus mirada tierna ganó y decidiste que querías a ese cachorro en tu vida; luego de un día, o quizá unas horas, ya no sabías qué hacer con él.

Del enamoramiento a la decepción

Los cachorros tienen dientes nuevos y están dispuestos a aprender a usarlos. Al tener un cachorro en casa debes tener siempre en cuenta esto, y a menos que tengas el tiempo para vigilarlo a cada instante, ese gustillo de ellos por morderlo todo no sólo va a dejar un saldo de cosas rotas, también puede significar un peligro para él. Te recomendamos trabajar el tiempo fuera: enséñalo a estar en un kennel y de paso cuídalo de sí mismo.

Por supuesto, hay que corregir los malos hábitos, pero esto sólo puedes hacerlo cuando lo descubras en el acto; un ¡NO! con voz fuerte y firme debe bastar. Muéstrale cuáles son sus juguetes y juega con él. No te enganches con los objetos perdidos en la batalla, eso son: objetos.

El verdadero amor

Tener a un cachorro requiere, sin dudas, mucha paciencia y dedicación, pero al final, la recompensa es grande ya que ganarás un amigo incondicional.

Recuerda que tener un perrito debe ser una decisión informada y platicada con quienes compartirán la misma casa, así podrán estar en sincronía sobre cómo educarlo. Ten siempre en cuenta que no hablamos el mismo lenguaje, por lo que el perro no sólo debe aprender a entendernos, sino que nosotros debemos hacer ese primer esfuerzo por darle su lugar como especie distinta que es y entender que sus necesidades son diferentes; lee y edúcate sobre tu mascota.

Ahora sí, ¡a disfrutar a tu perro! Te auguramos muchos momentos increíbles e inolvidables a su lado.

sábado, 28 de septiembre de 2013

5 buenas y malas ideas sobre tener un perro

1. Buena idea: Elegir tener un perrito.
Ya sea que decidas comprarlo o adoptarlo, lo importante es que lo más probable es que se convertirá en tu mejor amigo y de ahora en adelante compartirás tu vida con un animalito que te traerá mucha felicidad, a pesar de las travesuras que pueda hacer.

2. Mala idea: Hacer tu elección basado en su aspecto.
En la vida no lo es todo el Pedigree y la cara de cachorrito tierno. Debes pensar en las necesidades de la raza y qué tanto se adaptan éstas a tu estilo de vida; incluso cuando adquieres un perrito criollo, debes analizar su temperamento y nivel de energía; así más adelante no habrá de que "ay, es que lo regalé porque me hacía hoyos en el jardín" o "¡no entiendo por qué ladra tanto!". Sí, todo se resumen en hacer la tarea: leer un par de libros, investigar en Internet o hasta contactar a expertos (veterinarios, criadores o entrenadores).

3. Buena idea: Cuidar las necesidades de tu nuevo perro.
TODOS los perritos requieren ciertos cuidados básicos: vacunas, desparacitación, alimentación, ejercicio e higiene. Una vez cumplido el carnet de un cachorrito, las vacunas de rabia y séxtuple se vuelven a colocar cada año y las desparacitaciones serán cada seis meses, contacta a tu veterinario de confianza para que él te informe mejor. La alimentación es todo un tema: alimento seco, húmedo (en lata) o naturalito; el que sea que elijas, infórmate de cuál es el más adecuado para su talla y asegúrate de que sea de calidad y que le siente bien (las heces lo dicen todo, consulta a tu veterinario). Respecto al ejercicio, todos los perros tienen diferente nivel de energía, asegúrate de cumplir con sus paseos y juegos. Finalmente hablemos de la higiene: un buen baño de cuando en cuando (que no sea muy seguido, para no lastimar su piel), limpieza dental (sin pasta de dientes humana) y ampolleta antipulgas son lo básico.

4. Mala idea: Hacerle caso a tu perro unos meses y luego olvidarlo.
Creo que es hasta obvio este punto y no requiere más explicación. Un perro no es desechable.

5. Buena idea: Disfrutemos lo maravilloso de tener un nuevo mejor amigo.
Con el tiempo y la compenetración de ambos mundos (pensemos que ellos no nacieron hablando nuestro idioma, también aprenden a entendernos y hasta hacer lo que les pedimos), descubrirás que un perro es un amigo incomparable que está dispuesto a darte su amor incondicionalmente. Sólo la convivencia, el respeto y la paciencia te permitirán ver cada aspecto maravilloso de ese ser peludo y hasta descubrir cada recoveco de su perronalidad.

Y ustedes, ¿qué otras buenas o malas ideas agregarían?




jueves, 5 de septiembre de 2013

¡A jugar con nuestro perro! y DIY juguete

¿El trabajo estuvo extenuante? ¿Los exámenes fueron insufribles? ¿Cuidar a los niños fue agotador? Nuestros días pueden ser cansados y complicados, pero en casa siempre estará nuestro fiel amigo esperándonos, si no con una sonrisa, sí con un movimiento de cola imparable.

Entonces, ¿por qué no jugar un rato con él y aprovechar este tiempo como un momento para olvidarnos del estrés del día?

El juego para nuestras mascotas también es una forma de liberar energía; energía que, si no es descargada, puede ser usada en actividades ociosas que seguramente no nos van a gustar: hacer confeti con papeles, ver de qué está rellena la almohada, comprobar cuánto le aguanta ese palito que encontró en casa (entiéndase, la pata de cualquier mueble), entre muuuuuchas otras.

Por si fuera poco, los expertos dicen que jugar con nuestros perros ayuda a delimitar los roles que poseemos (quién es el líder de quién), así que lo único que deberemos evitar es que él tome el mando (perseguirlo cuando él lleva un juguete o simplemente perseguirlo, tirar de una cuerda y dejar que gane el juguete, etc.).

Para no hacer el cuento más largo, busca su juguete preferido y comiencen a disfrutar de un gran tiempo juntos, que mucho bien les hará ambos.

¿Que no tiene juguetes? Aquí dejamos un sencillo tutorial para que la pasen bomba ;)

DIY juguete tipo cuerda



Paso 1. Busca unas playeras viejas que ya no quieras o consigue tela que no se deshilache.
Paso 2. Corta tiritas de aproximadamente 1 cm (no tienen que ser exactas). El largo dependerá del tamaño de tu perro, para un mediano usamos tiras de aproximadamente 60 cm.
Paso 3. Corta tantas tiritas como sean necesarias para juntar un buen puñado de ellas.
Paso 4. Alínealas y ata fuertemente un nudo sencillo en un extremo. Asegúrate de dejar algunos centímetros de flequillos.
Paso 5. Haz una trenza apretada. Si eres hombre, seguro no sabes hacer trenzas, pero es muy simple: divide las tiritas en 3 partes iguales; toma la parte central y crúzala por encima de la que está a la izquierda; ahora, la nueva parte del centro (antes la de la izq.), crúzala por encima de la parte de la derecha. Y así sucesivamente: la del centro va a la izquierda y luego a la derecha, izquierda, derecha, etc.
Paso 6. Cierra la trenza atando fuertemente otro nudo sencillo cuando queden aproximadamente unos 20 cm de tela. Así te quedará otro extremo de flequillos.
Paso 7. ¡A jugar! Sólo recuerda retirarle éste y cualquier otro juguete cuando no esté supervisado o cuando el juguete ya esté muy gastado.


Nota: si bien podría ser un juguete para "jalar", lo más simple es darle otro uso. En Extradoginary, Ovidio amó este juguete; le gusta que se lo lancemos para ir por él y sacudirlo tanto como puede en el camino de regreso, y cuando se cansa, se echa en su colchoneta a masticarlo un poquito.











martes, 27 de agosto de 2013

Collar martin... ¿qué?

En este primer post queremos hablar de, sí... los collares de tipo martingale.

Un collar de tipo martingale es un collar de "choque". Ahora seguramente muchos de ustedes deben de estar pensando en los conocidos collares de castigo, ¿verdad? Pues no, un collar martingale sí tiene un funcionamiento similar, pero cuenta con muchas ventajas:

1. Si bien poseen un sistema para apretarse automáticamente cuando el perro jala, no habrá forma de lastimarlos, ya que no ejercerá presión directamente en la traquea; más bien sostendrá el cuello de nuestro perro, permitiendo un mejor control a la hora de pasear con ellos.

2. Ofrecen una corrección suave cuando los perros intentan jalar de la correa.

3. Un collar martingale bien colocado será la solución perfecta para aquellos perros escurridizos que se sienten Houdini, ya que su punto máximo de cierre no rebasará la medida de sus cabezas.

4. ¡Se ven taaaaaaaaaaan bonitos!

Por todas las razones del 1 al 3, este tipo de collares es el preferido de muchos entrenadores, dejando en el pasado el tortuoso collar de cadena.

Ajá... ¿y cómo funciona un collar tipo martingale?


Este estilo de collares cuenta con dos cintas: la más grande se ajusta al cuello de nuestra mascota; la chica lleva un medio aro donde se coloca la correa y será la que controle el cierre del collar.

Cuando nuestra mascota intenta soltarse o comienza a jalar, la tensión que crea en la correa jala la cinta pequeña, lo que permite que el collar se tense para evitar que escape.


Cosas que deben tener en cuenta al usar un collar de este tipo.


Cuando adquieran un collar martingale para su perro, asegúrense de que es del tamaño adecuado midiéndoselo por la parte más ancha y más angosta de su cuello; y al ajustarlo, cuiden que cuando se jale la cinta pequeña, el collar quede tan cerrado como para que no se resbale por la cabeza de su perro, pero no tan apretado que pueda ahorcarlo.

Ahora sí, ya están listos para disfrutar de un buen paseo con su perro. Les aseguro que él se los agradecerá.