sábado, 17 de enero de 2015

¡No sé qué hacer con mi cachorro!

Sí, se veía adorable todo pequeñito, gordito, dando sus primeros brinquitos para lamerte la cara. Sus mirada tierna ganó y decidiste que querías a ese cachorro en tu vida; luego de un día, o quizá unas horas, ya no sabías qué hacer con él.

Del enamoramiento a la decepción

Los cachorros tienen dientes nuevos y están dispuestos a aprender a usarlos. Al tener un cachorro en casa debes tener siempre en cuenta esto, y a menos que tengas el tiempo para vigilarlo a cada instante, ese gustillo de ellos por morderlo todo no sólo va a dejar un saldo de cosas rotas, también puede significar un peligro para él. Te recomendamos trabajar el tiempo fuera: enséñalo a estar en un kennel y de paso cuídalo de sí mismo.

Por supuesto, hay que corregir los malos hábitos, pero esto sólo puedes hacerlo cuando lo descubras en el acto; un ¡NO! con voz fuerte y firme debe bastar. Muéstrale cuáles son sus juguetes y juega con él. No te enganches con los objetos perdidos en la batalla, eso son: objetos.

El verdadero amor

Tener a un cachorro requiere, sin dudas, mucha paciencia y dedicación, pero al final, la recompensa es grande ya que ganarás un amigo incondicional.

Recuerda que tener un perrito debe ser una decisión informada y platicada con quienes compartirán la misma casa, así podrán estar en sincronía sobre cómo educarlo. Ten siempre en cuenta que no hablamos el mismo lenguaje, por lo que el perro no sólo debe aprender a entendernos, sino que nosotros debemos hacer ese primer esfuerzo por darle su lugar como especie distinta que es y entender que sus necesidades son diferentes; lee y edúcate sobre tu mascota.

Ahora sí, ¡a disfrutar a tu perro! Te auguramos muchos momentos increíbles e inolvidables a su lado.